Retiro de abril #DesdeCasa (2024)

Esta guía es una ayuda para hacer por tu cuenta el retiro mensual, allí dónde te encuentres, especialmente en caso de dificultad de asistir en el oratorio o iglesia donde habitualmente nos reunimos para orar.

Portada del retiro mensual

Descarga el retiro mensual #DesdeCasa (PDF)
1. Introducción. El misterio pascual: la fuerza de la Resurrección.
2. Meditación I. La Resurrección: victoria, esperanza, alegría.
3. Meditación II. Las apariciones de Jesús resucitado: Emaús.
4. Charla.
5. Lectura espiritual.
6. Examen de conciencia.


Introducción. El misterio pascual: la fuerza de la Resurrección

En el corazón del misterio pascual encontramos la fuerza transformadora de la Resurrección de Jesucristo, el evento que confirma su victoria sobre el mal y la muerte, y que por eso nos infunde esperanza, alegría y un optimismo incesante. Como nos recuerda San Juan, «Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe» (1 Jn 5,4). Esta victoria nos asegura que "Non est abbreviata manus Domini" — la mano del Señor no está nunca demasiado lejos para salvarnos. A través de la cruz, somos llevados a la gloria, inaugurando una vida nueva en el Espíritu Santo, el fruto más grande de la Resurrección que transforma nuestra existencia terrenal y nos guía hacia la eterna.

Las apariciones de Jesús resucitado a sus discípulos son el eco vibrante de su victoria pascual y nos testimonian su fuerza transformadora. Al preguntar «¿No ardía nuestro corazón?» (Lc 24,32), los discípulos de Emaús reconocen que Cristo les hablaba al corazón a través de las Escrituras y se reveló en la fracción del pan. Este Cristo que vive y nos sale al encuentro en la Palabra, en la Eucaristía y en los demás, nos invita a una permanente conversión. Es una llamada constante a seguir sus pasos más de cerca, con una paciencia y amor que reflejan la del Señor hacia nosotros. Y nos anima a ser portavoces de la alegría y el optimismo del Evangelio en un mundo sediento de redención.

"Que no os asuste vuestra miseria", nos animaba San Josemaría reconociendo que es precisamente en nuestra fragilidad donde la fuerza de la Resurrección puede obrar con mayor poder. Nos invita a adoptar un optimismo radical, fundado en la fe, para ser fermento en el mundo, portadores de la alegría del Evangelio que nada ni nadie puede extinguir. Que esta Pascua marque un renacimiento en nosotros, poniendo la caridad en el eje de nuestra existencia, y dejando que nos guíe hacia una alegría y resurrección duraderas. En la práctica de la caridad, el servicio, la misericordia y el perdón, encontramos el sentido de nuestra vocación y lo que da plenitud a una vida: dedicarla a Dios y al prójimo. La acción del Espíritu santo nos sostiene y nos impulsa a reflejar la luz de Cristo en el mundo.

Primera meditación

Opción 1. Meditación: La Resurrección: victoria, esperanza, alegría. 

Opción 2. Catequesis del Papa Francisco: Debemos cuidarnos de la tristeza y pensar que Jesús nos trae la alegría de la Resurrección.

Segunda meditación

Opción 1. Meditación: Las apariciones de Jesús resucitado: Emaús. 

Opción 2. Catecismo de la Iglesia Católica nn. 641-651, Las apariciones del Resucitado.

Charla

Carta de San Josemaría sobre la misión del cristiano en la vida social (números 41 al 46 y 67 al 69).

Amar al mundo apasionadamente: contribuir a que el mundo sea el hogar que Dios desea para los hombres desde el lugar y trabajo que cada uno tiene.

Lectura

Papa Francisco, La acción misteriosa del Resucitado y de su Espíritu, en Ex. Ap. La alegría del Evangelio (nn. 275-280).

Examen de conciencia

Acto de presencia de Dios.

Consiste en ponernos bajo su mirada amorosa que nos acompaña y protege. Invocamos al Espíritu Santo para entender cómo hacer nuestra vida más grata a Jesús.

1. «Vino Jesús, se presentó en medio de ellos y les dijo: “La paz sea con vosotros”» (Jn 20, 19-20). ¿Afronto los retos de cada día con paz? ¿Cómo procuro crear a mi alrededor –con mi cónyuge, con mis hijos, con mis compañeros, etc.–, un ambiente de serenidad?

2. «Todo el que ha nacido de Dios, vence al mundo» (1 Jn 5, 4). ¿Con qué actitud contemplo los retos de la sociedad? ¿Es Jesús el punto de referencia constante en mi compromiso por transformar el mundo?

3. «El buen deportista no lucha para alcanzar una sola victoria, y al primer intento. (…) Prueba una y otra vez y, aunque al principio no triunfe, insiste tenazmente» (Forja, n. 169). ¿Cómo acudo a los sacramentos para aumentar el deseo de seguir caminando con el Señor, con la seguridad de que me ayuda cada día una y otra vez?

4. La Resurrección de Cristo nos introduce en una nueva vida. ¿Cómo se transforma esta realidad en alegría y optimismo en mi familia cuando aparecen las dificultades?

5. «La esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado» (Rm 5, 5). ¿Qué proyectos en mi vida familiar, profesional y social puedo confiar más al Espíritu Santo, para que él los lleve a buen término?

6. «Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos» (Lc 24, 15-16). ¿Camino compartiendo mi vida con Cristo? ¿Pido ayuda al Espíritu Santo para que mis prácticas de piedad sean un encuentro con Jesús vivo?

7. «Entró para quedarse con ellos. Y cuando estaban juntos a la mesa tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron» (Lc 24, 29-31). ¿Procuro no perder el asombro ante la Eucaristía e intento compartir este gran don con mi familia?

Acto de contrición