"San Josemaría fue como el pescador barquero, que una vez con su red, pescó un lucero que llenó de luz su bohío"

Vea la homilia completa que pronunció el Vicario Regional del Opus Dei en Colombia, durante la inauguración del Parque de San Josemaría en Bucaramanga.

Monumento de San Josemaría en Bucaramanga. Vista Frontal.

El viernes 23 de noviembre, el Vicario Regional del Opus Dei en Colombia, monseñor Hernán Salcedo Plazas, pronunció en la ciudad de Bucaramanga, la siguiente homilia con motivo de la inauguración del monumento a San Josemaría Escrivá en esa bella ciudad.

Queridos hermanos:

Nos encontramos hoy aquí un puñado de ciudadanos, mujeres y hombres empeñados en servir a Dios y a los demás, cumpliendo a cabalidad con nuestros deberes. A nosotros, como a la muchedumbre que escuchaba el Sermón de la montaña, nos mira también Jesús: “Al ver Jesús el gentío –narra San Mateo-, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablarles, enseñándoles” (Mt 5, 1).

No hay maestro como el Señor, se vale de todo para que aprendamos de Él. En concreto, se sirve de los Santos; cada uno de ellos refleja la luz divina de un modo distinto. San Josemaría, de quien vamos a bendecir esta imagen, recibió de Dios la tarea de iluminar la vida y el trabajo profesional de la gente de la calle, del ciudadano sin más calificativos, como el pescador barquero del conocido pasillo santandereano, que una vez con su red, pescó un lucero que llenó de luz su bohío.

A San Josemaría también le salía del alma hablar de luceros y de diamantes, cuando se refería a su vocación. Pero ahora no podemos detenernos en la historia de ese lucero, basten de ella estas pocas palabras, escritas durante un rato de oración, en el año 1931:

¡Oh, Jesús quiero ser una hoguera de locura de Amor! Quiero que mi presencia sola sea bastante para encender al mundo, en muchos kilómetros a la redonda, con incendio inextinguible. (…) Señora, -le decía a la Virgen, un poco más adelante- ni por juego quiero que dejes de ser la Dueña y Emperadora de todo lo creado. Entonces Ella me besaría en la frente, quedándome, por señal de tal merced, un gran lucero encima de los ojos. Y, con esta nueva luz, vería a todos los hijos de Dios que serán hasta el fin del mundo, peleando las peleas del Señor, siempre vencedores con El... (Andrés Vázquez de Prada, El Fundador del Opus Dei , Vol. I, p. 413)

Monumento de San Josemaría en Bucaramanga. Vista Posterior.

Pero volvamos al trabajo y a los diamantes. La dignidad humana –enseña el Fundador del Opus Dei- es tan grande, tan maravillosa —¡somos hijos de Dios!—, que cada uno debe cuidar su trabajo, el que sea, con el mismo cariño con que se trata el diamante más precioso, porque nuestras vidas han sido compradas lo dice San Pablo a un gran precio: la Sangre de Cristo (Javier Echevarría, Memoria del Beato Josemaría Escrivá , p. 54).

Comparar el trabajo con un diamante preciosísimo es una metáfora hermosa. Pienso que uno de los destellos de luz de ese diamante es lo que el Papa Benedicto XVI ha llamado la libertad iluminada , es decir, aquella libertad del hombre, que a través de Jesús está enraizada en la voluntad del Padre, y, a partir de Él, aprende a discernir lo justo y lo bueno ( Jesús de Nazaret , p. 150). Una libertad que permite a los hombres y a los pueblos edificar el mundo, sin sacralizar las estructuras temporales ni desarraigarlas de Dios (cfr. ibíd.). ¡Qué responsabilidad más maravillosa!

No termino, sin antes agradecer a todos los que de muy diversos modos han contribuido para levantar este monumento, en especial a la Sra. Esperanza Delgado Suárez, ponente del Acuerdo sobre el nombre del parque, al antiguo Concejal Jorge Arenas Pérez, al Sr. Alcalde, Dr. Honorio Galvis Aguilar, al Honorable Concejo de Bucaramanga y a la Fundación Cardiovascular; a la vez que participo a los aquí presentes, a sus familias y amigos, dos aniversarios del Opus Dei: el 25° aniversario de su erección como Prelatura personal, durante el pontificado de Juan Pablo II, el próximo 28 de noviembre; y el 80° aniversario de su fundación, el 2 de octubre de 2008. Como manifestación de agradecimiento a la Santísima Trinidad por estas dos gracias tan importantes en la historia de la Obra, en la Prelatura viviremos un Año mariano, desde el próximo 28 de noviembre hasta el 28 de noviembre de 2008, porque –como gustaba repetir San Josemaría- nuestro Opus Dei nació y se ha desarrollado bajo el manto de nuestra Señora.

Amén.

Bucaramanga, 23 de noviembre de 2008