Hijos de Dios

¿Cuáles son los fundamentos del espíritu del Opus Dei?

La conciencia viva de ser hijos de Dios por nuestra incorporación a Cristo en el Bautismo y por la acción del Espíritu Santo. Los fieles del Opus Dei procuran que esta convicción, elemento esencial de la fe cristiana, impregne de tal forma su modo de ser y su comportamiento, que se convierta en punto de referencia constante, en cualquier circunstancia de la existencia.

Un miembro de la Obra se esforzará para que su trabajo sea el trabajo de un hijo de Dios; por tanto, procurará realizarlo con perfección humana y rectitud de intención, buscando sólo la gloria de Dios y el servicio de los demás. Al rezar, se dirigirá a Dios como a un Padre afectuoso, al que se abre el corazón confiadamente en cualquier tiempo y lugar.

Cuando descanse o busque un rato de esparcimiento, tendrá conciencia de encontrarse siempre bajo la mirada complacida de su Padre del cielo, y evitará todo aquello que puede desagradarle. En definitiva, se esmerará —luchando contra las propias limitaciones y defectos— en cumplir todos sus deberes personales y sociales, civiles y religiosos, con la alegría de ser hijo de Dios en Cristo.

Con esta perspectiva, la Prelatura del Opus Dei orienta constantemente la formación doctrinal, espiritual y apostólica que proporciona a sus fieles.

Michèle Boulva, Le Nouvel Informateur Catholique(Montreal), 21 de enero de 2001.